Descubrimos que hay vida más allá del Louvre, el Museo de Orsay o el Pompidou
En París siempre encontrarás algo interesante que hacer
Algunos están escondidos, otros son pequeñas joyas, uno va de vampiros, pero todos merecen la pena.
Musée Marmottan Monet
Cuando piensas en Les Nympheas, la icónica serie de pinturas de plantas acuáticas de Claude Monet. seguro te viene a la mente el Museo de la Orangerie. Ahí encontrarás ocho lienzos monumentales de Nenúfares, que, unidos, se han convertido en el conjunto más famoso de la serie. Sin embargo, además de estos murales, puedes visitar otra colección de Nenúfares de clase mundial en otra institución parisina: el Museo Marmottan Monet.
A diferencia de los museos más conocidos de París, el Museo Marmottan Monet no está en el centro de la ciudad. En cambio, está situado cerca del Périphérique, un boulevard que envuelve a la capital. Aunque está un poco lejos, una visita al Marmottan bien vale la pena. Ahí encontrarás 300 pinturas de Claude Monet, incluyendo una maravillosa selección de Nenúfares e incluso Impresión, sol naciente, la primera pintura impresionista.
Además de Monet, el Museo Marmottan también alberga piezas de Berthe Morisot, Edgar Degas, Édouard Manet, Paul Gauguin, Pierre-Auguste Renoir y otros artistas modernos.
Musée des égouts
Sí, estamos hablando del subsuelo de la capital. Lo que no se ve. De sus entrañas. La parte más oscura de la ciudad también tiene una historia que contar. Y es que, a veces, para entender la parte luminosa de la vida hay que recurrir también a sus sombras. El Museo del Alcantarillado (Musée des égouts) son 500 metros de galerías subterráneas que te desvelan un París sorprendente.
Es verdad que nada es comparable con observar de cerca la Mona Lisa de Da Vinci. Y menos aún si hablamos de desagües, válvulas, colectores y de residuos urbanos. Sin embargo, vale la pena iniciar esta insólita ruta desde la orilla izquierda del puente del Alma y sumergirse en el extraño mundo de las alcantarillas. Solo un dato: la red de París, diseñada en el siglo XIX, está formada por más de 2.400 kilómetros de túneles. Todo un universo.
Museo Rodin
Auguste Rodin es uno de los escultores más famosos de la historia del arte. Caracterizada por un interés en el cuerpo humano, la obra de este artista francés incluye una variedad ecléctica de temas, como bustos de figuras históricas, estudios anatómicos y figuras independientes como El pensador, The beso y Las tres sombras. Todas estas esculturas se encuentran en el Museo Rodin.
Compuesto por una espacio de exhibición al interior y un parque escultórico, este museo ofrece la forma ideal de explorar y experimentar la obra de Rodin. Algunas de las esculturas se encuentran al interior del hermoso Hôtel Biron, el taller de Rodin y una “joya de la arquitectura parisina”. Sin embargo, la mayoría están en el jardín, una fascinante galería al aire libre entre tres hectáreas de vegetación.
Musée national du Moyen Age
Una de las cosas más interesantes de la capital es su historia. Y, es más, su importancia en la historia de la civilización humana. Desde el año 259 a.C., cuando la tribu celta de los Parisii la fundó, pasando por la toma de la Bastilla en la revolución francesa del año 1789, hasta el día de hoy, la ciudad ha sido protagonista decisiva. El Museo de Carnavalet, por ejemplo, es una excelente muestra de todo ese bagaje histórico.
Pero hay un museo histórico que es especialmente cautivador: el museo de Cluny (Musée national du Moyen Age). Su nombre se debe a que en el siglo XIII fue el hospicio de los abades de Cluny. Situado en el barrio Latino, cubre una de los episodios más seductores y oscuros de la ciudad, el medievo, desde la época de la Galia hasta el siglo XVI.
Llama la atención el mismo edificio, puesto que se trata de un castillo con mucho encanto. A parte de la gran cantidad de objetos medievales -tapices, esculturas, orfebrería o vidrieras-, este espacio contiene entre sus paredes unas termas galo-romanas del siglo I, por lo que también es conocido con el nombre de termas de Cluny. Aviso: el domingo el acceso es gratuito.
Petit Palais
Su nombre significa “pequeño palacio” pero el Petit Palais en realidad es un gran edificio con una enorme colección. Construido para la Exposición Universal de 1900, el Petit Palais se convirtió en museo dos años después. Desde entonces, ha presentado la “grandeza y dignidad de un palacio oficial” y ofrece un “programa de trabajo diseñado para glorificar la ciudad de París y celebrar los beneficios del arte”.
Ubicado a un costado de Champs-Elysées —una de las avenidas más populares de París— este museo es una de las joyas ocultas de la ciudad. Además de un acervo con piezas que van de la Edad Media hasta el arte moderno, el edificio es una obra de arte en sí mismo; sus coloridos murales, deslumbrantes vitrales, y maravillosos mosaicos hacen que una visita al Petit Palais sea indispensable.
Le Musée des Vampires
Como decíamos, la ciudad de la luz también cuenta con sus sombras. Y cuando hay oscuridad, suelen aparecer seres de la noche, entre los que destaca el vampiro. En el barrio de les Lilas, al noreste de París, a unos 20 minutos en metro desde el centro, encontramos un diminuto santuario dedicado a estas míticas criaturas de colmillos afilados que se alimentan de la sangre y la vitalidad de los humanos.
El Museo de los Vampiros y Criaturas Legendarias (Le Musée des Vampires) de la capital francesa fue fundado por Jacques Sirgent, un lingüista, erudito y escritor de varias obras sobre el mito de los vampiros y otras criaturas como el hombre lobo. Se trata de una estancia privada y es como meterse en la casa del conde Drácula. La simbología vampírica y demoníaca es constante.
El jardín es muy macabro y restos humanos cuelgan de los árboles. Solo entrar por la puerta, te recibe un muñeco chupasangres moderno. También hay crucifijos por toda la casa, estacas, pinturas, unas mil películas sobre vampiros, libros antiquísimos y tratados de satanismo. Para los más atrevidos, se puede asistir a conferencias sobre las fuerzas oscuras del mal acompañadas, eso sí, de cócteles para aliviar la tensión.
Musée des Arts et Métiers
París es famoso por sus colecciones de bellas artes, pero los museos de la ciudad van más allá de estas disciplinas. De hecho, el Musée des Arts et Métiers, en el barrio de Le Marais, encontrarás “un repositorio único de conocimientos científicos y técnicos” ubicado dentro de un monasterio medieval que fue convertido en un “templo” de la técnica.
Con un enfoque tan amplio, no es de extrañar que la curiosa colección de 2.400 objetos del museo sea excepcionalmente ecléctica. Desde algunos de los primeros aviones en volar hasta el modelo original de Liberty Enlightening the World (conocida hoy en día como la Estatua de la Libertad), estos objetos exploran la evolución del progreso técnico y ofrecen una alternativa singular a los recorridos entre pinturas y esculturas.
Fuentes: La Vanguardia y mymodernmet.com
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