Mi proceso
Es habitual que la gente que me conoce me pregunte por qué dejé la comodidad de la tecnología —soy muy fan de la ayuda que nos brinda— y me pasé a escribir de forma analógica.
Lo cierto es que, cuando hice el trasvase de firmar como David Triviño a hacerlo como David Aisuru, aproveché el cambio de estilo para transformar también mi manera de escribir.
En aquel momento, me ayudó mucho la frase de Anthony Cronin, el gran poeta irlandés, que leí justo en el instante exacto en que la necesitaba —como suele pasar con los grandes textos— y que decía lo siguiente:
And I sat on the bed trying unsuccessfully to write,
Envying you the union of the painter’s mind and hand,
The contact of brush with canvas, the physical communion,
The external identity of the object and the painting you had planned.
«Y sentado en la cama intenté escribir sin éxito,
Envidiándote la unión de la mente y la mano del pintor,
El contacto del pincel con el lienzo, la comunión física,
La identidad externa del objeto y la pintura que habías planeado.»
Quizás mi proceso nace de esa misma necesidad de «comunión física» con lo creado, o quizás solo sea envidia del pintor. Sea como sea, lo podéis comprobar por vosotros mismos —con mucho más detalle— aquí debajo.