Empiezo la serie con un ejemplo claro de azar y de cómo afecta a nuestro sistema de creencias. Procede -como la mayoría de los primeros que recopilaré- de True tales of American life y está traducido por Cecilia Ceriani.
LA ESTRELLA Y LA CADENA
Durante una visita que hice en 1961 a Provincetown, Massachussetts, compré una Estrella de David única, hecha a mano, con su cadena. La llevaba siempre colgada del cuello. En 1981 la cadena se rompió mientras nadaba en una playa de Atlantic City y la perdí en el mar. En las vacaciones de Navidad de 1991 entré a curiosear en una tienda de antigüedades de Lake Placid, en Nueva York. Iba con mi hijo, que entonces tenía quince años, y él se fijó en una joya expuesta allí. Me llamó para enseñármela. Era la Estrella de David que el océano se había tragado diez años antes.
Por STEVE LACHEEN, Filadelfia, Pennsylvania
He decidido empezar por esta historia la serie porque se trata de un claro ejemplo de azar. No solo eso, sino que creo que expresa perfectamente mi pensamiento de que, mientras exista la posibilidad de que algo suceda, por remota que sea esa posibilidad, puede llegar a suceder. Por difícil que sea, por imposible que parezca, por malas que sean la probabilidades matemáticas de que un hecho suceda, mientras no sean iguales a 0, debemos creer que, quizás, en algún momento sucederán.
[Y no, no he convertido este blog en un libro de autoayuda...]
Hasta la próxima!
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