Inspiraciones, o mejor dicho, dos ideas -conceptos- que siempre están presentes en cualquier cosa que escribo, o creo. Si no logro en un tiempo prudencial que las dos ideas se mantengan en el tiempo, abandono el proyecto sin importarme el tiempo que he dedicado al proyecto.
Nunca he sido uno de esos creadores que creen mucho en la suerte o en la inspiración -las musas me resultan ajenas- pero sí creo que estos dos elementos me ayudan a enfocar lo que pretendo, me inspiran a seguir o me ayudan a dejarlo. Además, son dos ideas complementarias y se retroalimentan.
La primera de esas cosas es intentar que lo que estoy intentando crear no sea previsible, que mantenga al lector siempre pendiente. Hay varios ejemplos claros, el Macguffin de Hitchcock, por poner uno conocido. La excusa que no nos permite pensar en nada más mientras el creador -escritor, cineasta, lo que sea- nos hace ir dónde queremos. Este concepto lo llamo -desde que vi en su día el post TED de J.J. Abrams- la ‘caja misteriosa’. Algo que no sabemos por qué, pero es importante, que expande nuestra imaginación de tal manera que no nos permite fijarnos en otros detalles más ‘mundanos’.
Ese MacGuffin, esa caja misteriosa, nos permite la distracción que llevara la trama a donde nos -me- interesa, al lugar al que quería llegar desde el inicio. En Matadero, por ejemplo, la historia de James pasa de ser un niño corriente, buen lector, a un asesino sin sentimientos y nunca nos lo esperamos -a no ser que hayamos leído el argumento- porque he creado una serie de cajas misteriosas a lo largo de la trama (enfermedad del sueño, agorafobia, asesinatos, divorcios, la Gran Depresión, Eva, el padre Tobías...).
Los dos conceptos está mucho mejor explicados en estas dos charlas TED de lo que yo podría. La primera, ya nombrada, de J.J. Abrams que se titula ‘The Mystery Box’ y la segunda es de Apollo Robbins y se titula 'The art of misdirection'. Y debo decir que, cuando las vi, pensé lo magnífico que es cuando alguien es capaz de explicar tan claramente algo en lo que has creído toda tu vida sin saber por qué, pero que instintivamente sabías.
Hasta la próxima!
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