Ayer terminé Killing Commendatore de Haruki Murakami, uno de mis autores favoritos, y creo que el tema se merece una pequeña reflexión. No el libro en sí, sino la edición.
Es la primera vez que leo a Murakami en inglés, pero en esta ocasión fue inevitable. Consciente que había salido la edición en castellano, me dirigí a mi librería de confianza -en estos días, la Centraleta- y me dispuse a comprarlo casi en un arrebato. Sin embargo, no lo hice cuando leí en la portada del mismo el texto LIBRO 1.
Investigué un poco más y vi que estaba prevista la publicación del segundo libro en enero. No está mal, pensé.
Unos días después, fui a la FNAC de la Maquinista y descubrí el excelente tomo de la edición inglesa: cosido, tapa dura y sobrecubierta troquelada, una maravilla. Pero esa no fue la razón por la que lo compré.
Lo compré por 23€ porque incluía los dos libros de la obra de Murakami. Evidentemente, el primer tomo en español costaba 20 € y el segundo debe ir en esa línea.
Una vergüenza. Y después de nos llena la boca pretendiendo que la gente lea.
Nota final: lo único que merece la pena de la edición española es la ilustración de portada, que incluyo en este post.
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