De nuevo, ahora que he publicado -por fin, después de más de 7 años de retoques- Matadero, mucha gente me pregunta si es una novela negra o una novela histórica o qué es... Ya me sucedió con Obsesión, pero en esta ocasión la frontera entre géneros es más borrosa que nunca.
En Amazon, la he catalogado como novela histórica porque, como siempre, no creo en las novelas negras sin detectives y, como Matadero sucede en los inicios del siglo pasado, he pensado que lo coherente era tildarla de histórica.
Sin embargo, para los que esperen lo habitual en una novela histórica -un divertimento escapista que tiene poco de aprendizaje y mucho de ideología reaccionaria- se sentirán sin duda decepcionados.
Y es que en las páginas de Matadero hay realidad y realismo, puesta en escena y venganza, teatro de títeres y manipulación por los maestros de marionetas, pero también una gran cantidad de aprendizaje y reflexión -¿quizás hasta de crítica social?-. Desde luego, Matadero no es un ensayo político y pretende entretener, pero se pueden extraer muchas enseñanzas del mismo al mismo tiempo que James las destila.
Este libro es, obviamente, una ficción, pero tiene un gran trabajo de investigación detrás, con exactitud en muchos detalles, en apariencia poco relevantes, que sin embargo dotan a la narrativa de la verosimilitud necesaria.
En definitiva, Matadero es una novela que puede ser leída a muchos niveles: como una simple aventura, como una metáfora de la sociedad en que vivimos, como una fábula, como una novela criminal... Este es un libro de gritos, pero también de susurros.
Como decía David Peace sobre sus novelas, Matadero es una novela áspera y dura porque "la realidad no es amable ni bonita."
Dicho esto, espero que la disfrutéis y, para los que queráis saber más mi opinión sobre el tema de las novelas 'transgénero', aquí tenéis el enlace a mi anterior post: Novela 'transgénero'
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