Negra
Leí no hace demasiado a Pierre Lemaitre decir que no cree que vuelva a escribir una novela negra. Entiendo que se refería a una negra al uso, con un detective, un asesinato, un secuestro, algún misterio y una dosis grande de acción, pero no estoy de acuerdo con él. El noir clásico es también personajes con “discapacidades” emocionales, relacionadas con el alcohol, con el miedo o con lo que sea; mujeres fuertes y tramas que enganchan. Teniendo eso en cuenta, a pesar de no tener un detective, creo que «Nos vemos allá arriba» puede considerarse negra.
El estado en el que termina Édouard, la ansiedad nerviosa de Albert, la crueldad de Henri, la inteligencia de Madeleine, todo encajaría perfectamente en una película negra de los años 50. La única diferencia sería que no ha habido ningún crimen (tampoco sería verdad, porque en esta novela los hay, y muchos) o sea que quzás sería más acertado decir que hay crímenes, pero el objetivo de la novela no es descubrir al culpable o hacer prevalecer al protagonista por encima de los otros, sino otra mucho más profunda, comprender la naturaleza humana.
Es una diferencia sutil, pero importante para que un lector casual no lea esta novela como una negra, pero sigo sin estar de acuerdo.
Tampoco es que importe, porque Nos vemos allá arriba solo encaja en una categoría: la de las buenas novelas, aquellas que te dejan un regusto amargo, te hacen preocuparte por los personajes y, sobre todo, no tienen miedo de tomar derroteros amargos. ¿Qué importa si es negra, romántica, histórica, thriller o comedia? Nada. En estos niveles de calidad, nada de eso importa, solo lo que sientes cuando lees su trama, sus reflexiones y sus metáforas.
¿Qué más puedo decir? Mucho, pero nada estaría a la altura.
Para quién es: para los que estén interesados en leer una novela coral violenta, pero sobrecogedora.
No la leáis si sois aprensivos.
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