Estos días varias personas me han preguntado en qué género se enmarca Obsesión y me he apropiado del término transgénero para intentar huir de la costumbre de etiquetarlo todo.
La gente me pregunta si la novela es de detectives y la respuesta es no. Hay muertes e investigaciones, pero no tiene la intención de ser una novela al estilo de Jo Nesbø o John Verdon.
Cuando ahondo un poco más en el argumento, me preguntan si es una novela de misterio y mi respuesta es no. Tiene grandes misterios, del pasado y del presente, pero no creo que se pueda considerar parecida al estilo de Agatha Christie.
Tampoco es una novela romántica, aunque hay varios amores; ni una novela histórica, a pesar que pasa en un momento pasado y usa eventos reales para hacer avanzar la trama; tiene muchas fantasía, pero no hay dragones ni khaleesis.
Entonces, ¿qué es Obsesión? Muy sencillo: una novela.
Para los que aún se quedan con las dudas, uso las palabras de Paul Auster en A life in words refiriéndose a los que consideran que la Trilogía de Nueva York es una novela de detectives (traduzco yo mismo del inglés, o sea que perdonadme los posibles errores):
[Las novelas de detectives] me fueron útiles de la misma forma que las viejas rutinas del music hall y el vodevil le fueron útiles a Beckett para escribir Esperando a Godot. O de la misma forma en que los romances le fueron útiles a Cervantes para escribir Don Quijote. Supongo que también podrías decir que Crimen y castigo es una novela de detectives. Muchos autores han aprovechado la ficción criminal para escribir acerca de otros temas. [...]
En conclusión, mis novelas siempre serán negras, pero nunca novelas negras (de momento). Así que leedlas y, con un poco de suerte, disfrutadlas!!!!
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