Mirando a través de un casco de latón que pesa 25kg, el biólogo marino Roy Waldo Miner 'se dispone a convertir en actores de cine a los variopintos y multicolores habitantes de un arrecife de coral' de la isla Andros, en las Bahamas. Miner, que narró su expedición en la National Geographic de junio de 1934, recogió unas cuarenta toneladas de coral. Las muestras fueron extraídas del fondo del mar, blanqueadas, secadas y enviadas al Museo de Historia Natural de Nueva York. Allí se cubrieron con una capa de cera de abeja y se pintaron para reproducir el aspecto de un arrecife vivo y colorista. El coral sigue exhibiéndose en dicho museo como parte de un diorama de dos pisos de altura.
Por Margaret G. Zackowitz
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