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DavidTriviño.

ESCRITOR

Foto del escritorDavid Triviño

Coventry: furia nazi sobre Inglaterra

El bombardeo de esta ciudad por los alemanes en 1940 conmocionó a Gran Bretaña, y años después se propagó la sospecha de que Churchill lo conocía de antemano

El centro de la ciudad después del bombardeo de la Luftwaffe. Dominio público

La España de Felipe II se estrelló contra Inglaterra. Lo mismo le sucedió a la Francia de Napoleón. La Alemania de Hitler, en lugar de aprender de errores ajenos, intentó someter a los británicos mediante una campaña de bombardeos. Pretendía doblegar al único país que, en aquellos momentos, aún resistía las acometidas del Tercer Reich. Polonia había sucumbido en 1939. Francia, aunque en teoría estaba protegida por la Línea Maginot, tampoco resistió la presión y se desmoronó al año siguiente. Estados Unidos todavía no había entrado en la guerra, tampoco la Unión Soviética.

En la Primera Guerra Mundial, la guerra aérea había consistido en el combate entre los “ases” de los contendientes, algunos tan famosos como el mítico Barón Rojo. Se produjeron también ataques contra objetivos urbanos, pero las bajas fueron relativamente escasas porque se utilizó una tecnología aún rudimentaria. En la Segunda Guerra Mundial, en cambio, la población civil sufrió incomparablemente más cada vez que el terror llegaba desde el aire.

En agosto de 1940, la Luftwaffe atacó Londres. Los alemanes presentaron entonces sus excusas: todo había sido un error, Hitler no había autorizado aquella operación contra civiles. Churchill, sin creer la versión del enemigo, respondió con una incursión en Berlín. Se generó entonces una dinámica acción-reacción que incrementó la tensión de manera exponencial.


Sonata Claro de Luna

El más brutal de los bombardeos alemanes, la denominada Operación Sonata Claro de Luna, tuvo lugar en noviembre de 1940. El 14 de aquel mes, a las 19 horas, las sirenas de Coventry dieron la alerta: los nazis se aproximaban. Hasta ese momento habían protagonizado hasta 17 pequeñas incursiones contra aquella ciudad industrial. Ninguno de estos ataques menores tuvo una envergadura comparable con el infierno que estaba a punto de desatarse. El terror se prolongaría durante varias horas interminables, hasta las dos de la madrugada.

¿Por qué más de quinientos aviones se ensañaron con aquella urbe a 150 kilómetros de Londres? Se trataba de un punto estratégico, porque allí se concentraban numerosas fábricas de material de guerra. Allí se producían blindados, aviones y accesorios para los soldados en el frente.

Ruinas de la ciudad tras el ataque. Dominio público

Desde el punto de vista germano, la Luftwaffe no tenía nada que reprocharse. En Coventry, la proximidad de las industrias de guerra a los edificios civiles hacía imposible distinguir entre ambos objetivos. Por su parte, el historiador británico Frederick Taylor, especialista en historia alemana, señala que, con los criterios de la época, la ciudad británica constituía un objetivo legítimo.

El ataque, sin embargo, no se limitó a sus instalaciones: buscó provocar el máximo terror. Se pretendía una acción espectacular, aplastar al enemigo para hundir su moral de resistencia. La ciudad quedó arrasada bajo más de 150.000 bombas, con un saldo que superó las 550 víctimas mortales. El mago de la propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels, incluso acuñó un verbo, “coventrizar”, para referirse a similares grados de destrucción provocados por los aviones alemanes en otras ciudades.

Se perdió la catedral de la ciudad, que no se reconstruiría para que permaneciera como testimonio del horror

Entre la multitud de edificios en ruinas sobresalían los escombros de la catedral de la ciudad, En medio del fuego, 26 bomberos habían muerto al desplomarse el techo sobre sus cabezas. Se había perdido un extraordinario monumento histórico, pero se decidió no reconstruirlo para que, de esta forma, permaneciera como testigo mudo del horror. Se prefirió levantar una catedral distinta, situada junto los restos de la antigua. Fue consagrada en 1962 en una ceremonia en la que se interpretó el Réquiem de guerra, de Benjamín Britten, compuesto para la ocasión.

Ruinas de la catedral de Coventry. Andrew Walker (walker44) / CC BY-SA 3.0

Las dudas sobre Churchill

Una fuente implicó a Winston Churchill en la catástrofe de la ciudad arrasada. En 1974, el capitán F. W. Winterbotham, en su libro The Ultra Secret, afirmó que el mandatario conocía con antelación lo que iba a ocurrir gracias al desciframiento de los códigos de Enigma, la máquina utilizada por los nazis para transcribir sus mensajes. Supuestamente, el inquilino del 10 de Downing Street habría dejado actuar a la aviación enemiga para que los alemanes no sospecharan de la interferencia de sus comunicaciones.

Winterbotham había trabajado para la inteligencia militar británica durante la Segunda Guerra Mundial. Participó en Ultra, el programa de desciframiento de claves enemigas situado en Bletchley Park. Su labor consistía en supervisar a los oficiales de enlace que transmitían información de Ultra a los mandos militares en campaña.

Churchill visita la ciudad tras los bombardeos. Dominio público

Sin embargo, otros descartaron su teoría. Según Peter Calvocoressi, jefe de la sección aérea en Bletchley Park, encargada del desciframiento de las comunicaciones relacionadas con la Luftwaffe, la información procedente de Enigma nunca mencionó Coventry. Según afirmó en su libro Top Secret Ultra en 1981, Churchill sabía que iba a producirse un gran ataque, pero desconocía cuál podía ser el objetivo. Su impresión es que podría tratarse de Londres.

Reginald Victor Jones, científico experto en inteligencia militar que estuvo al frente de “la batalla de las ondas” (las acciones británicas para distorsionar las ondas de radio en que basaban su navegación los aparatos de la Luftwaffe cuando volaban de noche), también suscribía en un libro el desconocimiento de Churchill. Jones escribió que Enigma no descifró a tiempo las señales de radio y que un fallo técnico hizo que las contramedidas fracasaran.

Un grupo de niños entre los escombros provocados por las bombas. Dominio público

Las versiones de Jones y Calvocoressi se vieron confirmadas en 1996 gracias a la desclasificación de las comunicaciones alemanas que se descifraron en su momento. El nombre de la ciudad, en efecto, no aparece. Un mensaje del 11 de noviembre hablaba de una operación “Sonata Claro de Luna”, pero no mencionaba Coventry ni proporcionaba una fecha. Contenía el término “KORN”, que se identificaría después como nombre en clave de Coventry. Otro mensaje del mismo día sí aludía a Coventry, pero sin fechas. No hubo más mensajes hasta el ataque.

Durante el resto de la guerra, Coventry sufrió nuevas incursiones de la Luftwaffe. La última tuvo lugar el 3 de agosto de 1942. En esos momentos ya estaba claro que Hitler no iba a doblegar a Gran Bretaña. Hitler no iba a triunfar allí donde Napoleón había fallado. Ni aquí ni en Rusia.


Publicado originalmente en HISTORIA Y VIDA.

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