Hoy recupero un pequeño reportaje que me ha parecido interesante para los nostálgicos de los 80 y que se publicó en ICON:
El Museum of Endangered Sounds recopila estos tonos que no hace tanto formaban parte de nuestra cotidianidad y ahora han caído en el olvido
El estruendoso timbre de un teléfono retro de baquelita, el fragor de la batalla extraterrestre de Space invaders, el sonido de una caja registradora, el alegre pitido del fax… Todos estos sonidos formaban hasta hace bien poco parte de nuestra cotidianidad y ahora se los ha comido el olvido, que es el silencio, como diría Jorge Manrique si le hubiera tocado vivir en estos tiempos locos en los que todo pasa y nada permanece.
Menos mal que aún quedan nostálgicos responsables como Brendan Chilcutt, creador del Museum of Endangered Sounds (Museo de los Sonidos en Peligro), un informático de Tennessee que se dedica a recopilar en su web los ruidos que, como el lince ibérico, se están extinguiendo. “Imagine un mundo donde no podamos escuchar el inicio sinfónico del Windows 95, generaciones de niños que no están familiarizados con el parloteo celestial alojado en los recovecos de un viejo televisor de tubo. Cuando el mundo haya adoptado dispositivos con interfaces táctiles elegantes y silenciosas, ¿a dónde recurriremos para escuchar el sonido de los dedos golpeando teclados QWERTY?”, se pregunta.
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