Hay una gran diferencia entre una novela ambientada en la comunidad de inteligencia y una historia de espías. Y si no entiendes eso, acabarás decepcionando a tus lectores, confundiendo a tus editores y, en general, terminarás con un desastre.
Los que me conocéis, ya sea personalmente o a través de mis entradas de blog o de mis novelas, sabéis que siempre me cuesta definir un género para mis novelas. Por fin, como siempre, he encontrado alguien que define mejor que yo cómo me siento cuando encasillo una novela: Neil Gaiman.
[...] esa es la diferencia entre una novela de cowboys y una novela ambientada en los tiempos de los cowboys.
La traducción, como es habitual, es mía y a mi aire. Merece la pena leer el texto en los tiempos que vivimos, donde tendemos a etiquetarlo todo -con razón o no.
Aquí va:
Solía romperme mucho la cabeza sobre lo que era el género. Sabía que en ocasiones escribía ficción de género, pero a veces no. Sabía que tenía una ventaja porque cuando era un joven escritor trabajaba en cómics, en novelas gráficas, que son un medio -los cómics- que para los no iniciados pueden parecer un género.
Pero precisamente porque no era un género, sino tan solo un medio, pude hacer lo que quise. Podía escribir ficción histórica, fantasía -alta y baja-. Podía crear ciencia ficción o horror puro. Podía escribir ficción política, lo que fuera.
Y precisamente porque eran cómics, a nadie le importaba.
Pero descubrir qué era el género me desconcertaba.
No fue hasta que leí un libro escrito por un profesor de cine de California llamada Linda Williams, que escribió un libro titulado "Hard Core." Y era el análisis de un profesor sobre el porno duro. Y, cuando llevaba tres cuartas partes del libro, comparaba la pornografía de los 70 con los musicales.
Y, de repente, lo entendí, porque los musicales, como las pelis porno de los 70, tenían ciertos elementos que debían suceder.
Necesitas una canción de apertura con un grupo grande de gente. Necesitas a la heroína cantando sola acerca de lo que cree que sucederá. Necesitas una canción que es el primer encuentro de nuestra heroína y nuestro héroe. Necesitas el alivio cómico con tres personas robustas tras él. Necesitas todas esas cosas, terminando con la canción final, donde el héroe y la heroína cantan juntos, indicando que acaban juntos. Necesitas el coro final y entonces termina.
Y la verdad es que en los musicales clásicos, el argumento existe solamente para que las canciones no sucedan al mismo tiempo. Así como en las pelis porno de los 70, de acuerdo con Linda Williams, el argumento existía tan solo para evitar que todo el sexo sucediera al mismo tiempo.
Aunque en realidad, eso me dice la diferencia entre una novela de cowboys y una novela ambientada en la época de los cowboys, porque puedes mirarlo desde la perspectiva de las expectativas del lector. ¿Por qué han elegido esta novela? ¿Se sentirán engañados si no consiguen lo que esperan?
En una novela de cowboys, esperarán la estampida, el duelo a mediodía, la lucha en el salón. Esperarán… puedes empezar a hacer una lista. Y lo aceptas. O sea que el argumento solo existe para evitar que todas esas cosas sucedan al mismo tiempo.
O puede hacer una novela ambientada en el Lejano Oeste, y ninguna de esas cosas tienen que suceder. Puedes buscar cosas completamente distintas, pero, en ese punto, tienes que entender que estás escribiendo algo que se parece al género, pero no lo es. Algo a lo que la gente puede decir que es género pero no es. Y si alguien coge tu novela esperando que sea de género, se sentirán decepcionados de la misma forma en que lo estarían si fueran a un musical sin ninguna canción.
[…]
Pero no tienes que darle al lector exactamente lo que esperan de la forma en que lo esperan. En realidad, casi siempre disfrutan cuando les das lo que quieren de una forma que no se esperan. Si les das lo que necesitan pero que no sabían que querían de una forma que les resulta no-familiar, el lector lo disfruta.
Pero aún así intentas darles lo que les hará sentir que eso es por lo que han comprado tu libro, sentirán que ha merecido la pena gastarse el dinero. Las canciones se están cantando en el orden esperado y la verdad es que se trata de un musical.
Y, sino, siempre puedes hacer uno de esos extraños musicales son canciones, llamados obras. También están bien, pero son algo distinto.
Y necesitas saber en qué te estás metiendo y qué estás construyendo.
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